A mediados del siglo XIX, viajeros y arqueólogos descubrieron al norte de Irak una espléndida ciudad abandonada desde hacía siglos. A unos 120 kilómetros al suroeste de Mosul, una carretera modesta, pero bien asfaltada, conduce hasta un muro y un portón de hierro oxidado, plantado en medio de la desértica estepa de Mesopotamia. Si el…