Los 900 inmigrantes que viajaban a bordo del buque SS Saint Louis creyeron que la pesadilla estaba cerca de llegar a su fin. Habían zarpado el 13 de mayo de 1939 desde Alemania con el propósito de llegar a Cuba y desde allí a los Estados Unidos, lejos de las deportaciones a los campos de exterminio nazis. Muchos de ellos se habían visto obligados a liquidar sus bienes a un bajo precio para comprar los boletos y pagarle a los diplomáticos cubanos un soborno de hasta 300 dólares por las visas que les exigían para abordar el buque. No les faltaron compradores en la Alemania nazi; en esos días, se construyeron fortunas gracias a la prisa por vender de las familias judías que deseaban salir a toda costa del infierno nazi. Para conocer más a fondo este cruel antecedente, acompáñanos en este Enigma Express.
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