Medio siglo después de ser ahorcado en Siria, el servicio secreto israelí recupera el reloj de uno de sus agentes legendarios en una misión secreta que pretende encontrar los restos de Eli Cohen. Su figura es la historia de un éxito descomunal del Mosad que acabó en fracaso en la soga. «Nunca olvidaremos a Eli Cohen. Recordamos su legado, dedicación, valentía, determinación y amor al país», dijo el jefe del Mosad, Yossi Cohen, a la familia del agente que logró ganarse la confianza de los principales jerarcas de Siria.
Sus mensajes codificados enviados clandestinamente desde su casa en la capital siria fueron vitales para Israel, por ejemplo, para doblegar en seis días a varios ejércitos árabes en la guerra del 67. Su infiltración en el régimen sirio fue tan profunda que estuvo a punto de ser nombrado ministro. Su éxito, sin embargo, acabó siendo su perdición. En este Enigma Express, presentado por Fernando Díaz, seguimos la última pista del cadáver del espía Eli Cohen con Shai Shemer.