
Juana I de Castilla, llamada «la Loca» fue reina de Castilla de 1504 a 1555, y de Aragón y Navarra, desde 1516 hasta 1555.
Fue apodada «la Loca» por una supuesta enfermedad mental alegada por su padre y por su hijo para apartarla del trono y mantenerla encerrada en Tordesillas de por vida.