
Cuenta la leyenda que en el año 1321 el último cátaro de occidente, Guilhèm Belibasta pronunció la siguiente profecía antes de morir en la hoguera: “Después de 600 años el olivo volverá a reverdecer sobre las cenizas de los mártires”, vaticinio que inspiró durante muchos años una visión romántica del catarismo.