En contra de lo que podría pensarse, el mayor constructor de pirámides de la historia de Egipto no fue Keops, el faraón al que se debe la Gran Pirámide de Gizeh. Ese título corresponde en realidad a su padre Esnofru, quien empleó para la construcción de las tres pirámides que se le atribuyen un cuarenta por ciento más de metros cúbicos de piedra que su hijo Keops, el constructor de la Gran Pirámide de Gizeh.
Esnofru, además, fue el primer soberano egipcio que levantó una pirámide perfecta de caras lisas y que desarrolló la estructura clásica de los complejos funerarios egipcios, que perduraría durante varios siglos.