Ya han pasado varias décadas desde que los operadores cometieron en la sala de control del reactor número cuatro de la Central Nuclear V.I. Lenin de Chernóbil, una serie de errores fatales. La explosión subsiguiente aún arruina la tierra y muchas vidas.
Antes del alba del 26 de abril de 1986, a menos de tres kilómetros al sur de lo que entonces era una ciudad de 50.000 habitantes, el reactor número cuatro de la central nuclear de Chernóbil estalló. Treinta personas murieron a consecuencia de la explosión y del incendio, o resultaron expuestas a radiaciones letales. La estructura destruida ardió durante 10 días, contaminando 142.000 kilómetros cuadrados en el norte de Ucrania, el sur de Bielorrusia y la región rusa de Briansk. Fue el peor accidente nuclear que ha conocido el mundo.