Se cansó de luchar con la palabra y pasó a la acción. “Deeds, not words” (Hechos, no palabras) fue su nueva actitud, el “lema permanente” con el que se autodefinió Emmeline Pankhurst y el resto de sus seguidoras, las sufragistas, suffragettes.
Hoy hablamos de “la más notable agitadora política y social de la primera parte del siglo XX y la suprema protagonista de la campaña de emancipación electoral de las mujeres“.