«Yo solo quería volar«. Sobre esta sencilla frase Peter Brill construyó su futuro. En base a ella empezó a entrenarse durante su juventud para ser piloto de planeadores y, también rememorándola en su mente, se unió al ejército de Adolf Hitler.
Tuvo la suerte de participar en uno de los proyectos más secretos de Segunda Guerra Mundial: el que buscaba enviar un gigantesco bombardero desde Alemania a Estados Unidos. Una misión que no se consideraba más que una mera leyenda.