Según afirma Víctor Kempel, más que la propaganda de los discursos, las octavillas y los carteles, lo que permitió al nazismo instalar su veneno en las masas fue el lenguaje: palabras aisladas, expresiones y formas sintácticas repetidas hasta la saciedad y que, favorecidas por su simplicidad, acababan por penetrar en el inconsciente de los individuos. Ellos los asimilaban y las reproducían.
Para conocer más a fondo las tácticas de los nazis, acompáñanos en este Enigma Express.
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