En 1953, los arqueólogos descubrieron cerca del pueblo francés de Vix una tumba celta del siglo V a.C. con un espléndido ajuar funerario. La tarde del 5 de enero de 1953, Maurice Moisson, agricultor y arqueólogo aficionado, dirigía la excavación de un sondeo al pie del Mont Lassois, un yacimiento descubierto junto al pueblo de Vix.
Moisson había comenzado su sondeo el 31 de diciembre, atraído por restos de cerámica diseminada por una ligera elevación que sobresalía sobre el terreno.
Su trabajo apenas había dado frutos durante la primera semana de excavación, a pesar de haber alcanzado los 1,80 metros de profundidad, cuando, a las 5 de la tarde, la hora del ocaso, apareció el extremo de una gran pieza de bronce.