Llamado “El Sansón de Extremadura”, era célebre por su habilidad con las armas y su extraordinaria fuerza física. En tiempos de Carlos V, gran admirador del legendario guerrero, fue nombrado «Caballero de la Espuela Dorada». Hablamos de Diego García de Paredes, el «Gigante Extremeño», a quien el Gran Capitán usó para atemorizar a los franceses.
Todos los imperios necesitan héroes propios, y España no fue una excepción. Cuando la unión de los Reinos Hispánicos dio origen al Imperio militar que disputó la hegemonía de Europa en los siglos XVI y XVII, los españoles se percataron de que los personajes clásicos ya no servían para hablar de la heroicidad y el sacrificio. Se necesitaban urgentemente héroes nacionales.