Los Reyes Católicos, la pareja real española más ejemplar, resultó que vivieron en concubinato, es decir, fue un matrimonio ilegal. Fueron supuestamente grandes defensores de la fe y las instituciones de la Iglesia. Pero lo cierto es que el papa Paulo II decretó su excomunión. Isabel de Castilla y Fernando II de Aragón no podían casarse debido a su próximo grado de consanguinidad.