Cuando Isabel la Católica murió en Medina del Campo el 26 de noviembre del año 1504, vivía a poca distancia, en Arévalo, un pequeño nieto suyo de nombre Fernando, hijo de la princesa Juana y nacido el año anterior. La reina lo había enviado allí para que se educase al margen de los conflictos que la enfrentaban con Juana.
Hoy hablamos de Fernando, el nieto de Isabel la Católica, ¿te lo vas a perder?