Para la tradición anglosajona el viernes 13 es un día de mala suerte, que en el siglo XV coincidió con el principio del fin de la orden templaria. Antes de ser quemado en la hoguera, el último maestre pronosticó con acierto la muerte de los responsables de su caída.
El miedo por los viernes 13 tiene su epicentro histórico en una fecha que quedó marcada por el misterio y la traición: el viernes 13 de octubre de 1307. En la madrugada de este día, el Rey francés Felipe IV inició una brutal persecución contra la Orden de los Caballeros Templarios que provocó el arresto masivo de sus miembros.