Solo es posible entender la carnicería de Stalingrado desde la óptica de dos dictaduras totalitarias como las de Adolf Hitler y Jósif Stalin. La batalla acabó siendo un enfrentamiento entre dos líderes que no sentían respeto alguno por la vida, puesto que el terrible coste humano que conllevó, unos 750.000 muertos para el Tercer Reich y casi 500.000 para el Ejército Rojo, hubiera sido inaceptable para cualquier democracia. ¿Fue una vitoria total o una aniquilación?